Corren malos tiempos para la justicia. No hablo de la justicia de los jueces y abogados, hablo de la justicia humana y universal, hablo del sentido común y hablo del dichoso dinero, una potente droga que manipula a sus ‘enganchados’ produciendo, entre otros síntomas, una terrible ceguera… Hoy esta situación se plasma con nombre y apellidos: Club Deportivo Aviación

Me hago eco de una noticia del ABC: «El Club Deportivo Aviación, un histórico del fútbol madrileño con más de 50 años de vida, se encuentra en una situación complicada. La entidad ha recibido una resolución del Ayuntamiento de Madrid en el que le comunica el desalojo y la demolición de las instalaciones del Pedro Vives con el propósito de levantar un bloque de pisos de Pryconsa. El desahucio dejaría a más de 300 jugadores y jugadoras (de 4 a 45 años) sin campo para entrenar y jugar.»

Resulta curioso que estando en un país en crisis, donde los pisos vacíos se agolpan por que no los puedes pagar y el banco se los queda o por que directamente no tienes para pagarlo, se decida construir mas pisos. ¿Más habitáculos de hormigón que seguirán estériles de gente hasta que algún avispado ‘okupa’ se cuele en ellos quizás?…. Seguramente muchos de estos chavales vivían entretenidos unas horas durante el día en este campo, probablemente algunos de ellos aparcando por un momento las dificultades económicas que engullen su bienestar familiar.

Por que precisamente ahí radica el problema. ¿Cómo le explicas a un crío que ya no puede jugar más en su campo por que se necesitan pisos que probablemente nadie compre?. Incoherencia elevada al cuadrado. Mientras tanto, día si y día también nos enteramos de los amaños por parte de la gente que toma estas decisiones. No puedo pagar la construcción de otro campo para estos chicos pero si puedo pagarme limusinas y un viajito a las Canarias… Incoherencia elevada a infinito.

Este tipo de decisiones solo contribuyen a la deshumanización de la sociedad en la que vivimos. Ahora que es cuando más necesitamos decisiones, es cuando sale la basura a flote. Me niego rotundamente a creer que esto se cura con dos o tres leyes que regulen la corrupción. Eso es como poner un guante de látex a una mano llena de fango. Aunque no la veas aparentemente sucia, huele mal a mucha distancia. Y ya ni el látex encubre los problemas….