Ghana como ejemplo de una triste realidad

Ghana es un pequeño país (dentro de lo que son los países africanos) situado entre Togo y Costa de Marfil, con una población de unos 25 millones de personas. Por si no lo conocían, aquí dejo un par de datos que conviene tener en cuenta…

– Su esperanza de vida es de 57 años

– De cada 1000 nacimientos, 100 niños morirán al poco de nacer por inanición

– La desigualdad de géneros está a la orden del día. A muchas niñas se les niega la educación

– Un tercio de los niños del país se ve obligado a trabajar (fundamentalmente en plantas de cacao) en condiciones abusivas y escasamente remuneradas.

– Existen datos que hablan de un analfabetismo de casi el 50% de la población

Y muchos más datos, pero creo que nos podemos hacer una idea. Quizás alguno se pregunte el por qué de esta introducción demográfica. Me explicaré:

La semana pasada, antes del partido Ghana – Portugal, los jugadores africanos decidieron plantarse en el entrenamiento, e incluso aseguraron que no se enfrentarían a los lusos, si no se les pagaban las primas acordadas. Y esto no acaba aquí, las primas debían ser pagadas con inmediatez y en efectivo. Como lo oyen. Tras esto, el gobierno de este país que describo al principio (con todos esos datos y demás…) asegura, en palabras de su presidente, que el dinero (nada más y nada menos que 3 millones de dólares) sería otorgado de manera urgente, y en efectivo, tal como sus jugadores pedían. Aviones, policía, seguridad, coches y más coches…..

 

 

Tras esto, los jugadores pudieron descansar en paz y jugar al día siguiente contra Portugal. Aquí un ejemplo del amor profesado hacia los fajos recién llegados.

 

Y ahora es el momento de las preguntas. ¿Cómo es posible que un grupo de jóvenes caprichosos sea capaz de movilizar a un país entero y en las condiciones antes nombradas, para jugar a un deporte?…. Lo más triste de todo es que esta pregunta no solo se aplica a Ghana. Cebarse con los africanos sería injusto e hipócrita, ya que los mismos jugadores que representan a nuestro país, se iban a llevar 700.000 € por barba, lo que multiplicado por todos sus integrantes sale a algo más de 3 millones de euros…..

También es verdad que no todo es así, ya que en este mundial ha habido gestos. Muntari repartiendo dinero por las favelas o los jugadores griegos rechazando las primas que les corresponderían. Desgraciadamente éstos gestos brillan por su escasez. El dinero ha desvirtuado el mundo del fútbol de una manera difícilmente recuperable. No es normal que en situaciones de crisis se paguen millonadas por futbolistas, que los propios jugadores reciban millonadas por lo que hacen…. Siempre saldrá alguien que diga: ‘si el club o el jugador genera ese dinero, que haga lo que quiera con él’…. Esta frase esconde una gran mentira. Y es que todo ese dinero se genera, indudablemente, por que alguien paga. Es decir, el aficionado. Seguramente si las cantidades no fuesen tan desorbitadas, las entradas saldrían más baratas, los equipajes, los abonos, las suscripciones a canales, todo lo que nos afecta, sería mucho más asequible.

 

 

Los mandamases del mundo balompédico suelen olvidarse de que este deporte está hecho para entretener, para hacer feliz al padre que lleva a su hijo al campo, para hacer vibrar a un país…. no para hacerse rico… Al igual que la ciencia y la fe, el deporte y el dinero no pueden ponerse a la misma altura.

Publicado el 01/07/2014 en Fútbol, Mundial, Reportajes y etiquetado en , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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