Una pesadilla entre alegrías
Publicado por carlosreyh
Hace unos días, el 26 de junio, se celebró como al final de cada temporada el Draft. Proceso por el cual los equipos de la NBA incorporan a sus plantillas jugadores menores de 23 años procedentes de la Universidad u otras ligas extranjeras.
El Barclays Center, cancha conocida por albergar los partidos que los Nets juegan como locales, dio cobijo el pasado jueves a un puñado de jóvenes que desembarcan en la mejor liga del mundo para hacer todo lo posible por triunfar y lograr hacerse un hueco en la historia de este maravilloso deporte. A pesar de ello, siempre hay alguien que recibirá más atención que los demás, y ese no es otro que Andrew Wiggins; flamante número 1 de la lista de elegidos y jugador del que se habla maravillas. El de Canadá llega para encabezar una nueva generación y aterrizar en uno de los equipos que mayor decepción supusieron durante la ya finalizada temporada 2013-2014: Cleveland Cavaliers. Acto seguido, Jabari Parker fue ‘drafteado’ en segunda posición por el equipo con peor récord de la pasada campaña, los Milwaukee Bucks. Al alero de 19 años que no ha tardado en ser comparado con estrellas como Paul Pierce o Carmelo Anthony, le siguió el pívot camerunés proveniente de la Universidad de Kansas: Joel Embiid. Con sus 2’13 de estatura y sus 113 kilogramos de peso, era uno de los grandes aspirantes al número 1, pero una inesperada lesión que le hizo pasar por el quirófano le privó de ello y, finalmente, fue la elección de los 76ers de Philadelphia.
Después de que estos 3 jugadores conocieran por fin su destino, todos y cada uno de los 57 jugadores restantes fue haciendo lo propio. Sin embargo, el momento más emotivo e inolvidable de la noche llegó entre el número 15 y la elección 16, cuando el encargado de dirigir la ceremonia, Adam Silver (máximo responsable de la NBA tras suceder en febrero a David Stern), tuvo unas palabras para alguien que no lo estaba pasando nada bien y que veía que el que debía ser uno de los días más felices de su vida, se había convertido en algo que no habría imaginado ni en su peor pesadilla: Isaiah Austin.
En Brooklyn, el distrito más poblado de los 5 que conforman New York City, se vivió el final de una historia cuando precisamente debía haber hecho lo contrario: Comenzar. La razón de este agridulce capítulo no es otra que una rara enfermedad. Una extraña y en gran parte desconocida anomalía que afecta a una persona de cada 5000. El Síndrome de Marfan es un problema hereditario, es decir, está presente en la persona desde su nacimiento, pero la mayoría de veces se tarda en diagnosticar. En este caso, Isaiah Austin, quien se había declarado elegible en último Draft, conoció la triste noticia pocos días antes de la ceremonia. Su futuro se vio automáticamente truncado, ya que la grave enfermedad no solo afecta visiblemente a la persona (en el caso de Austin, destacaba su gran envergadura, su estatura y delgadez) sino que daña también la visión (padecía miopía) e incluso puede causar desórdenes en el corazón y los vasos sanguíneos, llegando a provocar la muerte si la persona que lo sufre no toma una serie de precauciones. Aún así, la historia no se queda ahí, el ex-jugador de la Univesidad de Baylor ha luchado siempre por estar donde había soñado y jugar algún día en la NBA. Desde los 12 años practica este deporte solamente pudiendo ver por su ojo izquierdo debido al golpe de una pelota de baseball que le dejó inútil el derecho.
Es evidente que, como él mismo ha reconocido, es «la semana más dura» de su vida y difícilmente olvidará cómo le arrebataron el sueño que desde niño había perseguido. Ahora todos saben quién es Isaiah Austin y nunca se les borrará el que para muchos fue el momento más emotivo de la historia del Draft. Ejemplo de principio a fin, las lágrimas del joven nacido en California lo dijeron casi todo, ya que no perdió la ocasión y dejó una bonita reflexión para aquellos que se vean en una situación similar o sientan que algo para lo que han trabajado se ha venido abajo: «Cuando una puerta se cierra, otra se abre para ti (…) Voy a soñar de nuevo».
Publicado el 28/06/2014 en Baloncesto, Noticias y etiquetado en 2014, Adam Silver, Andrew Wiggins, Baloncesto, Cleveland Cavaliers, Draft, Enfermedad, Isaiah Austin, Jabari Parker, Joel Embiid, Milwaukee Bucks, NBA, Philadelphia 76ers, Síndrome de Marfan. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
El vello de punta con la historia de este chico. La mayoría de mock drafts lo apuntaban en la 1a ronda. Una verdadera pena para el baloncesto.