#Inyusticia
Publicado por Jesús Monllor
Mi experiencia vital me dice muchas cosas, quizás la mayoría erróneas, pero hay una que se confirma con preocupante frecuencia… que la sociedad, a nivel general, adolece de una galopante falta de memoria. Y si lo restringimos al universo fútbol, se múltiplica por infinito.
No estoy hablando de un tipo que haya marcado 258 goles en 294 partidos, o de un tipo que haya ganado un par de balones de oro… ni mucho menos. Hablo de alguien que consigue que permanezcas pegado a la pantalla cada vez que tiene la pelota, hablo de alguien que hace de su trabajo la prestidigitación con el balón, hablo de alguien que es incapaz de ceñirse a lo banal, a lo suficiente, hablo de alguien que levanta ‘olés’ en cualquier campo del mundo, hablo amigos, de Leo Messi.
Ser ferviente aficionado del Real Madrid no me ciega para reconocer una situación a todas luces injusta. Si eres aficionado al fútbol, al igual que eres aficionado a Ronaldo o a Zidane, también lo eres a Leo.
Sucede, y cada vez con más crudeza, que cada vez que se produce una situación convulsa en el F.C Barcelona, todos los ojos miran al argentino. Es aquí cuando digo que la falta de memoria es preocupante. Hablamos del principal causante de haber puesto al Barcelona en la cima del fútbol mundial, de un posible candidato a ser el mejor de la historia, y sin embargo, a veces parece que nadie lo recuerda.
De todos modos, esta no es una situación del todo extraña. En en Barça parece haberse instalado la fea costumbre de dejar salir a sus estrellas por la puerta de atrás (Rivaldo, Dinho, Ibra…) Es como ese niño caprichoso que no soporta que a su mejor juguete le falle la batería… En vez de cargarla o cambiársela, lo amenaza con tirarlo a la basura…
En mi humilde opinión, la magia que ha dejado este señor sobre el césped es aval suficiente como para que, al menos, se le conceda la suposición de inocencia. Si Messi fuese ese ‘pequeño dictador’ que muchos quieren hacer ver, no creo que sus compañeros hablasen de él lo que hablan. Con todos los respetos, Messi no tiene aspecto de ser precisamente manipulador o calculador. Igualmente, a pesar de las náuseas, de que supuestamente camina, de que supuestamente quiere irse, de que supuestamente se lleva mal con sus compañeros y con su entrenador, y de todos los supuestos posibles… ahí está todavía. Con unos números envidiables esta temporada, y en el top 3 para ser el balón de oro, por si le hacía falta alguno más.
No cedamos ante el amarillismo de la prensa. Seamos aficionados al fútbol y sobre todo, disfrutemos con quien hace magia en el campo. Que hoy en día están contado con los dedos de la mano.
Publicado el 09/01/2015 en Sin categoría y etiquetado en Balón de Oro, Barcelona, Inyusticia, Leo Messi. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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