Amigos lectores, quizás no hayan caído aun en la cuenta, pero probablemente tienen ante sus ojos el nacimiento de un nuevo deporte. Que nace de las entrañas del deporte rey, y más concretamente de sus despachos. El CORRUPT-BOL (o si prefieren ‘ball’, para los más puristas) llega a sus hogares, por lo que les recomiendo la lectura de este texto si quieren sobresalir en el deporte de moda.

Es un deporte de altos vuelos, donde el equipaje reglamentario es chaqueta y corbata y donde se ejercitan, todo hay que decirlo, poquitos músculos. Quizás las muñecas y los hombros (cargar maletines tiene su aquel) son los grupos musculares más fustigados, pero de resto no es ni necesario una adecuada forma física. De hecho, los mejores jugadores van adquiriendo una fisionomía corporal que poco a poco se va asemejando a la de un botijo o balón de rugby.

Como podemos observar, es un deporte que a priori parece al alcance de cualquier mortal, pero no todo iba a ser tan fácil. Más que habilidades físicas, se necesitan habilidades psicológicas. No todo el mundo es capaz de aceptar 10 millones en concepto de ‘gastos varios’. O de usar la tarjeta del club para cenar con los amigos de la juventud. La cosa, como ven, es más dura de lo que parece.

Llegar a la cima que copan dirigentes de grandes clubes y organizaciones a nivel europeo y mundial requiere de un tesón incasable. Recuerden que es imprescindible montar una cadena de favores e influencias que no se rompa, o al menos que puedas mantener satisfecha una vez hayas alcanzado tu objetivo inicial. Nunca olviden que si alguno de los escalones que sostienen tu éxito se carcome, la caída puede ser muy dura e inevitable. Por eso, ve entrenando aquello de recibir maletines de dudosa identidad. La billetera siempre ha de estar preparada para grandes imprevistos.

Lucrarse a través del fútbol  tiene su técnica propia. Primero y fundamental, cobra hasta por respirar en los estadios. Quiero decir con esto que unas entradas baratas, o incluso gratis para aficionados fieles no vas a lograr un rápido ascenso. Una forma muy común de aplicar esto es ofrecer al aficionado un pobre espectáculo, de segunda división por ejemplo, a precio de noche en un buen hotel. Las teles dan mucho juego en este campo también. Evita el fútbol en abierto y llena la boca de los seguidores de tu equipo a base de ‘fe’, ‘ilusión’ y ‘sentimiento’. Conseguirás que hagan lo que sea por ver a sus jugadores.

Con esta breve aproximación, espero que hayan podido conocer más de cerca un deporte que a muchos no nos es conocido, debido a que otra gran característica del mismo es intentar pasar desapercibido por supuesto. Siempre habrá algún pobre ignorante que intente reclamar sus.. ¿como se decía?… ‘derechos‘…. Ante esto solo queda crear una consistente y florida labia, donde diciendo mucho seas capaz de no decir nada.

Saludos y no pierdan de vista a sus grandes exponentes.