Copa del Mundo en Brasil: LUCES Y SOMBRAS
Cuando uno observa las imágenes que llegan de Brasil, quizás espera ver niños jugando por las calles, caderas decoradas de amarillo y verde moviéndose al son de la samba, playas llenas de gente con sed de espectáculo y hambre de buen fútbol… Sin embargo, poco o nada de esto es lo que vemos.. Bueno sí, hambre y sed…pero no de fútbol precisamente.
¿Por qué una nación considerada santuario de este deporte recibe de ésta manera al santo grial de los torneos?. Veamos datos objetivos:
Solamente para modificar el mítico estadio de Maracaná se han destinado 705 millones de reales (225 millones €) obtenidos del erario público. Estadio precisamente construido en la periferia de Rio de Janeiro, donde las necesidades sociales son altamente alarmantes.
Amnistía internacional denunció recientemente que 38.297 personas han sido desalojadas de sus propiedades por la realización de este evento y de los Juegos Olímpicos, a llevarse a cabo en el 2016.
Volviendo al tema de los estadios, Brasil gasta unos 11.500 millones de dólares en la Copa Mundial, de los cuales 4.000 millones se invierten en la construcción o renovación de estadios, y se cree que cuatro estadios no tendrán mucha utilidad tras el torneo. Las cifras indican que los gastos son mayores a los realizados en el Mundial de Alemania 2006, en el que la inversión fue de unos 1.500 millones, para poner a funcionar 12 estadios; mientras que para la realización del Mundial de Sudáfrica 2010 hubo una inversión aproximada de 1.400 millones para disponer de 10 sedes.
En un informe de 140 páginas sobre la inversión de dinero en los estadios, el auditor Renato Rafinha (árbitro del Tribunal de cuentas de Brasilia) halló unos 275 millones de dólares en presuntos excesos de facturación.
Y esto es sólo un ejemplo. Pero claro, en el mundo de la clase alta, el dinero recorre un camino por los vericuetos de la legislación que, obviamente, un servidor no puede probar con certeza. Pero como dice el dicho, cuando el río suena, es que agua lleva. Y este mundial tiene pinta de estar bastante anegado.
Como amante del fútbol que soy, acabaré disfrutando de este mundial como cualquier otra persona. Las televisiones probablemente enfoquen más el césped que las barricadas alrededor de los estadios. Y la emoción solapará la indignación. Al menos de quienes observamos todo desde fuera, en nuestras casas o en un bar. Seguramente si formase parte de una de esas casi 40.000 familias que han sido desalojadas, mi opinión acerca de quien llegará a semifinales no sería la misma.
Los dirigentes de todo esto deberían realizar un minuto de silencio por el hambre y la sed de esta gente, que por mucho que lo intenten hacer bonito, no pueden alimentarse a base de fútbol. Por todo lo anterior pregunto, ¿creen conveniente la realización de éste mundial?.
Saludos y buenas tardes
Publicado el 10/06/2014 en Fútbol, Mundial, Opinión y etiquetado en Brasil, Copa del Mundo, Mundial Brasil 2014. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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